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La fe y la razón

Para los Septriónicos la fe y la razón se complementan.

La ortodoxia tradicional de nuestro mundo religioso, en un esfuerzo por sostener los dogmas, pretende aún anteponer la fe a todo razonamiento cognoscitivo. Durante muchos siglos, equivocadamente se ha creído que las evidencias científicas destruirían la fe del ser humano en Su Dios. No existe forma más evidente de demostrar la existencia y la presencia inmanente de Lo Dios en el universo que a través de las ciencias analíticas.

Todo en la naturaleza evoluciona, y así como el niño, al crecer y adquirir madurez mental va modificando y ampliando sus conocimientos sobre la vida; así -a medida que las evidencias científicas interpreten con veracidad los mecanicismos de todo lo existente- la fe irá modificándose en sus creencias sobre la naturaleza de nuestros mundos.

Si en el pasado la ofuscación intelectual hizo que el humano concibiese equivocada o distorsionadamente las revelaciones y percepciones metafísicas, es también cierto que la historia nos relata cómo esa cualidad cognitiva del ser hizo que el intelecto, valiéndose del racionalismo dialéctico sobre el dualismo constitutivo de la naturaleza fuese discurriendo y demostrando con evidencias las ideas intuidas, y otras veces, modificando esas ideas intuidas sin que existiera realmente una oposición de la fe al saber o a la razón.

La fe no fue ni es opuesta a la razón. No renegó ni renegará del saber, puesto que siempre implicó la necesidad de conocer y la voluntad de poseer el conocimiento; pero al no disponer de medios sensibles que demostraran las evidencias de sus creencias, intuyó, intuye e intuirá como verdades e investigará toda fenómeno desconocido.

Los racionalistas también tienen fe y esperanza de que su metodología demuestre la realidad de los sucesos, por eso han instituido el lema de:

«Todo lo que no se ha probado que es falso, es posible demostrarlo y explicarlo.»

El razonamiento fue y es como una balanza para sopesar la fe.

Las verdades siempre se complementan, más nunca se contradicen. Si la fe está basada en una verdad, el razonamiento sólo podrá confirmarla. Pero si la fe se sustenta en conceptos equivocados, lógicamente el razonamiento se opondrá a ella desvirtuándola.

Para los Septriónicos, la fe es ese estímulo psíquico que nos fortifica permanentemente para la búsqueda de la verdad, impulsándonos nuevamente a renovar nuestro análisis si es que fracasamos en alguna de nuestras interpretaciones. La fe solamente es el medio que nos fortalece para llegar a la meta. No creemos nada por fe, sino por certeza racional de que es así, porque nuestro intelecto así lo ha comprendido y aceptado después de poner en duda analítica todos los pormenores.

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