El “dar para recibir” ha sido una regla espiritual que los creyentes no siempre supimos interpretar correctamente. Desde tiempos inmemorables, en todas las religiones se enseñó a tener esperanza en la dadivosidad de Lo Dios y en que lo que “pedimos recibiremos”.
Shikry Gama, en la Luc. “Dar para recibir, nos dice
[1] Concausa, según el DRAE: Cosa que, juntamente con otra, es causa de algún efecto, y que según S. G., por correspondencia con la causalidad, imperceptiblemente, involucra los actos consientes o inconscientes.
“Todos hemos oído hablar de que hay que dar para recibir, pero ¿cuántos sabemos cómo opera realmente esta ley universal en nuestras vidas? Hay quienes creen que con dar limosna de vez en cuando ya han dado lo suficiente para merecer en compensación, todo lo que se nos apetezca de Lo Dios. Hay otros que creen que dando un servicio gratuito en bien de un semejante, por ese acto, se hacen merecedores a recibir todo lo que se les ocurra pedir, pero ignoran, que las enseñanzas tienen una concausalidad oculta, de donde, si no hay correspondencia armoniosa entre lo que se da y lo que se pide, no se conseguirán los efectos deseados”;y agrega
“La Causalidad es la que determinará que ese dar sea correspondiente a aquello que debemos recibir. Así, sólo recibiremos exactamente aquello que damos. No es cierto que si damos una limosna ya nos hacemos merecedores de todo tipo de beneficios. No. El Dar para Recibir solamente funciona en correspondencia con aquello que damos”; “Si damos amor, recibiremos amor. Si damos odio, recibiremos odio. Si damos incomprensión, recibiremos desavenencias. Si damos comprensión, recibiremos comprensión. Si damos amistad, recibiremos simpatía. Si damos solidaridad, recibiremos adhesión. Si damos celos, recibiremos temores y desconfianzas. Si damos resentimientos, recibiremos rencores. Es decir, de los demás, recibiremos exactamente aquello que vivimos emocionalmente porque eso es lo que estamos dando”;En un dialogo personal con el fundador, éste me confesó que Secretamente, sin declaración formal, en sus enseñanzas, Shikry Gama nos advierte que el acto “del dar…” no es solamente aquello que explícitamente se da, sino que -por concausalidad[1] dual- todo sentimiento, expresado o no, referido a aquellos actos en los que incurrimos por torpeza o inconciencia, cuando por desesperación, se produce la alteración extrema del ánimo, causado por cólera, despecho, enojo o impotencia de no saber cómo resolver una situación adversa, y se incide en actitudes pesimistas y derrotistas, precipitamos la causalidad en contra de nosotros mismos, y atraemos las adversidades sobre nuestras vidas, como un bumerán, cuyos efectos se revierten contra nosotros, induciéndonos al error y al fracaso. Shikry Gama sostiene que
“Los humanos somos los hacedores de nuestros éxitos y de nuestros fracasos, de nuestras alegrías y de nuestras tristezas, de nuestra paz o de nuestros sufrimientos. Somos los que con la acción cotidiana y con la actitud permanentemente del actuar diario, hemos venido construyendo nuestro destino, y tarde o temprano, dramáticamente cosecharemos lo que hemos venido sembrando con cada actitud que expresamos y damos.Hermanas y hermanos: Reflexionemos sobre estas enseñanzas de Shikry Gama, porque ellas esclarecen el por qué de nuestras confusiones, el por qué procurando unas cosas, terminamos provocando situaciones totalmente contrarias a las que deseamos, y finalmente, se nos hace posible entender que en las leyes ocultas del dar para recibir, sólo se recibe lo que se da, y que cuando damos pesimismo, sólo recibiremos calamidades.
[1] Concausa, según el DRAE: Cosa que, juntamente con otra, es causa de algún efecto, y que según S. G., por correspondencia con la causalidad, imperceptiblemente, involucra los actos consientes o inconscientes.