Menú Cerrar

Día de la Madre

Hermanas y hermanos, en la misma forma que en la vida privada, cada vez que celebramos el día de las madres tenemos el compromiso de ofrecer un obsequio a nuestra madre, desde que asumí el deber de Eónte, en este día, me veo en el reto de hacer algún comentario que refleje las enseñanzas del Septrionismo dignificando esa imagen de las madres.

Por voluntad de Eón, Shikry Gama trajo esa misión de redimir la imagen y la dignidad de las mujeres, y son tantas sus enseñanzas que no es fácil sintetizar toda la misión que el Septrionismo espera de las madres.

No es lo mismo ser progenitores que ser madres y padres, dice Shikry Gama. Progenitor es el varón y la fémina que procrea y cría, pero no instruye ni educa. Sólo es madre o padre aquel que por un sublime amor cumple con la misión de educar, forjar y modelar como los escultores, la personalidad, las cualidades morales y éticas, los talentos y las virtudes de sus seres queridos, para ofrecer la  excelsitud de su obra a la humanidad y a Eón de Inteligencia Eterna, cualquiera que sea la concepción que se tenga de Lo Dios.

Ciertamente, son muchísimos más los progenitores que los padres y madres de la sociedad humana. Las confusiones del entendimiento pueden hacernos pensar que este forjar y modelar la personalidad supone que los hijos tienen que ser como las madres quieren que sean, que tienen que tener los mismos criterios, creencias, gustos, simpatías y antipatías. Pero ninguno de estos criterios es correcto. No hay dudas de que todos quisiéramos ser madres ejemplares. Precisamente para lograr esos deseos Shikry Gama nos revela el conocimiento de la filialidad y la conformación de valores morales y éticos, para que aprendamos a establecer la división entre la maternidad correcta y el maternalismo y paternalismo incorrecto. 

El hecho de desear lo mejor para los hijos nos puede hacer pensar que sólo nosotras sabemos qué es lo mejor para ellos, y equivocadamente queremos siempre tener la razón.  Inconscientemente estamos queriendo hacer que nuestros hijos sean como copias nuestras. Cuando descubrimos que los hijos tienen opiniones o inclinaciones que no nos agradan reaccionamos con intransigencia o simplemente no permitimos que tengan iniciativas propias.

No cabe dudas que lo hacemos con el convencimiento de que es por el bien de los hijos, pero, preguntémonos: ¿Realmente es mejor mostrarnos infalibles ante los hijos? ¿Considerando que la genética determina la diversidad de los caracteres humanos, es sensato impedir que los hijos tengan una personalidad diferente a la nuestra? ¿Es esta la manera como se debe forjar la personalidad de nuestros hijos?

Deberíamos inculcar en la personalidad de los hijos tener actitudes críticas, que los hijos aprendan a dudar para saber discernir lo cierto de lo falso, pero que tengan resolución cuando tengan que enfrentarse ante los retos de la vida. Que no se acomplejen ni se refugien en personalidades fuertes.

¿Qué estamos haciendo al no dejar que los hijos descubran que el mundo no se ve solamente a través del lente de sus padres? Definitivamente estamos privándoles de conocer objetivamente las otras visiones y realidades existentes. Estamos privándoles a comprender esa diversidad y oponencia de la naturaleza que Shikry Gama siempre nos recomienda descubrir.

Nuestra función es justamente hacerles conocer todas las realidades y enseñarles que en todas ellas podemos caer en errores de apreciación. Errores que los mismos padres también hemos cometido y seguimos cometiendo en nuestras vidas.

De no hacer esto, estaremos adoctrinando a nuestros hijos con criterios equivocados, predeterminando que en el futuro ellos se dejen adoctrinar por cualquiera. 

El adoctrinamiento es la preocupación principal de Shikry Gama, porque –al contrario que de lo que el diccionario dice- adoctrinar consiste en prefabricar la ofuscación del intelecto. Nos advierte que no sólo se adoctrina a través de los medios de comunicación, sino que este ofuscamiento se prefabrica desde niños, en la relación de los padres con sus hijos.

Si ‘adoctrinar’ es enseñar ideas ajenas a la verdad y frente a nuestros hijos no admitimos nuestros errores y somos intolerantes, estamos incurriendo justamente en la enseñanza de ideas equivocadas, ajenas a la verdad. Estamos adoctrinando. 

Sólo se puede forjar una personalidad positiva si permitimos que nuestros hijos conozcan todo lo que no deben ser para no caer en los errores. Así evitamos que nuestros hijos sigan siendo víctimas del adoctrinamiento. Porque esta base ética y moral les permitirá distinguir lo cierto de lo falso, la verdad de la mentira, es decir, aprenderán a razonar.

Conociendo que nuestra posición no es la única existente y válida en el mundo, aprenderán a dudar y discernir para no ser crédulos ni conformistas. Shikry Gama dice:

 “Quien no duda de una apreciación que se proponga, nunca podrá discernir y desentrañar la verdad dual y oponente que conlleva absolutamente todo cuanto existe en la relatividad de los valores cognitivos”.

Madres del mundo, hermanas y hermanos todos, seamos buenos instructores y educadores de nuestros seres queridos, porque solo cumpliendo con esta misión podremos ofrendar nuestro reconocimiento no un día al año sino toda una vida entera de gratitudes.

 

Comentario: Hna. Nathalie

Tratamos de proporcionarle la mejor experiencia en nuestro sitio. Si acepta, asumimos que está contento con nuestras políticas de privacidad.