Detalles del valor histórico que guarda la comunidad septriónica y el rol que cumplió en la gesta para la creación del Departamento de Ucayali.
Honorable audiencia, distinguidas autoridades, hermanos septrionicos,
Es un privilegio y un honor poder contribuir en la conmemoración de una fecha tan importante como es el aniversario de creación del Departamento de Ucayali y permitirnos participar en esta organización para reivindicar a los gestores de su creación.
Agradezco especialmente al Centro Federado de Periodistas de Ucayali por haberme invitado.
Cuando vinieron a visitarme para preguntarme sobre la participación del Septrionismo en la creación del Departamento de Ucayali, recordé que estuve presente cuando el fundador de nuestra institución, Claudio Javier Cedeño Araujo, en 1996, en el Teatro Municipal de esta ciudad, le entregó al Sr. Carlos Prentice, quien fue Prefecto y Alcalde de Pucallpa, los documentos sobre la departamentalización de Ucayali. En dicha reunión dijeron que habían visto en un libro que publicaron los hechos históricos, y que no figuraba debidamente la participación del Sr. Prentice en la creación del departamento de Ucayali. No sé si desde entonces su participación fue registrada.
Empecé a buscar en los documentos de nuestros archivos y vi que había un expediente del 18 de diciembre de 1975, firmado por el Alcalde Carlos Prentices Chávez, y por el presidente de la comisión de la provincia Ucayali Juan Iberico Diaz que trataba sobre la regionalización administrativa al gobierno y que incluía la participación de muchos otros prefectos y alcaldes.
Claudio Cedeño participó en esta gestión y apoyó en las actividades municipales participando como moderador de los debates que se organizaron para la solicitud ante el gobierno, y que asesoró y ayudó a redactar el expediente que se presentó. Tenemos un escrito firmado por él titulado “Ponencia ante el fórum”, dirigido a los integrantes del foro sobre el anteproyecto de ley de regionalización administrativa.
Según testigos, el Sr. Carlos Prentice junto con otras personalidades se reunían largas horas en la sede del Septrionismo en Lima para dialogar, no sólo sobre la descentralización de Ucayali sino sobre la descentralización de todo el país.
Esperemos que con estos documentos tengan más material para investigar los hechos del pasado.
Claudio Cedeño nos hizo tomar consciencia de que todos somos seres históricos a nivel familiar, nacional y universal.
Es necesario reconocer a aquellas personas que se han merecido la distinción por “haber hecho la historia local y nacional de sus pueblos” y han sembrado las semillas que motivan el progreso de los pueblos, porque sólo así, por admiración, por respeto, se puede desarrollar un sentimiento de identidad con respecto a nuestro pueblo y motivar las nuevas generaciones a seguir sirviendo por amor a nuestra región y a sus familias.
Sólo teniendo presente la historia de nuestros pueblos y sus antecesores estamos contribuyendo a la identidad regional, y también a la identidad de las familias que participaron fortaleciendo la cultura regional y nacional.
El Septrionismo nació en Iquitos como una doctrina mística filosófica de autoría de Claudio Cedeño. Sus enseñanzas se divulgaban a través de los Centros Culturales Brahamánico-Lamaístas de la Amazonía, donde daban a conocer los métodos racionales del pensamiento filosófico al mismo tiempo que se sometían a debate todas las teorías y fundamentos que exponía Claudio Cedeño. Estos centros eran considerados como “templos de la libre expresión” en las que sólo valían los argumentos racionales y científicos, tratando de evitar toda idea dogmática o sofista. Posteriormente, para evitar que se relacione nuestra institución con las ideas y tradiciones de la India, se cambió el nombre a Septrionismo.
Desde nuestros inicios el Septrionismo se preocupó por los problemas de la vida diaria, del hombre común, y fomentó el culto al regionalismo, haciendo tomar conciencia de la importancia de formar nuestra identidad desde la familia, inculcando el amor filial, para a partir de allí desarrollar la identidad regional, el amor por nuestra región, para forjar la voluntad de progreso regional, y el amor a los antepasados, para así poder llegar a una identidad social y nacional.(*ver la doctrina Septriónica)
La contribución de Claudio Cedeño Araujo en la creación del Departamento significa para el Septrionismo la evidencia de la práctica sistemática de todo lo que él predicaba en la doctrina septriónica desde los primeros momentos. Él estaba convencido que las ideas son como las semillas, pero “Las ideas, a diferencia de las semillas, requieren de mayor tiempo de fertilidad. Algunas ideas que el Septrionismo fecundó en la década de los ‘70, hasta en” el presente “están fructificando”.
Como consta en nuestra misión civística, el fundador acuñó el lema: “sin regionalismo no hay nacionalismo”, “ser regionalista es ser nacionalista porque la nacionalidad se fortifica y exalta su civismo en el amor al terruño, a la región. El que no es regionalista no es nacionalista”. Remarcaba que “sólo así se hará una realidad la descentralización que tanto se anhela”. De esta manera nos hacía tomar conciencia del hecho importante que “La nacionalidad nace en el regionalismo”.
Lamentablemente los políticos que él asesoró no han sido lo suficientemente honestos para citarlo, y él tampoco esperaba que lo hicieran, pero es nuestro deber como sus seguidores, reivindicarlo. Quisiera recalcar que a pesar de que su participación puede reconocerse como aparentemente política, él participaba en las acciones cívicas con la rectitud del místico, que a través del servicio a la sociedad sirve a Dios sin meterse en “politiquerías partidistas, egoísmos ni caudillismos”. A esta acción se la denominó Civística.
“Civística” es la palabra que define concretamente la conformación del sentimiento cívico con el místico, es decir, de esa actitud pensante del místico que concibe que sirviendo al humano en la sociedad cívica está sirviendo a Lo Dios, porque el humano es, a fin de cuentas, la representación máxima de la creación divina.”*
Claudio Cedeño siempre se ocupó en fomentar la descentralización porque es la única manera de ser autogestionarios. Fue el primero en proponer en 1972, al Seminario Para el Desarrollo del Oriente, la DESCENTRALIZACIÓN ADMINISTRATIVA Y PROTECCIÓN A LA INDUSTRIA DEPARTAMENTAL, y también propuso la creación de organismos regionales descentralizados, iniciativa que dio origen a los Organismos Regionales de Desarrollo (“ORDE”).
Incluso en el Ideario de los Colegios Septriónicos dejó plasmado el objetivo de “Promover la descentralización, dando a conocer que a pesar de la importancia que tiene Lima, nuestra capital, no solamente ella es el Perú. Que existen otros lugares promisorios y olvidados, en el que la madre patria espera a prohombres con afanes progresistas que pueblen, engrandezcan y desarrollen la cultura y la economía de toda la ciudadanía.
La descentralización debe ser un proceso autogestionario que nos haga hacedores del destino de nuestros pueblos y no dependientes del poder y la voluntad centralista o extranjera que siempre coactará los deseos de autodeterminación cívica y política de los pueblos.”
Coherentemente con la idea del regionalismo sembró en la consciencia de sus coterráneos el uso del gentilicio “Amazónico” para todos los nacidos en la región, rechazando los denominativos despectivos de “charapas, selváticos, orientales y montañeses”, y también sembró el uso del término “Amazonía”, refiriéndose a la región del río Amazonas. Ésta fue la misma razón por la cual afirmaba que el Septrionismo era un Centro Cultural Filosófico de la Amazonía.
Incluso afirmaba que el Perú era un país Amazónico y no Andino. Algo que posteriormente se ha comprobado con las investigaciones del Instituto Geográfico, que demostró que el río Amazonas se inicia en las cordilleras de Arequipa y Cuzco, y que es el río más largo del mundo.
Podemos constatar también que sus ideas regionalistas fomentaron la idea de la “macro-región”, porque siempre promovió la unión de las regiones Amazónicas. Por eso desde los inicios en 1969 llamó a la “unidad Amazónica”. Era una época en la cual las regiones de la Amazonía estaban dispersas, no tenían identidad Amazónica, y el gobierno las explotaba como si no tuvieran derecho alguno.* En esa época Claudio Cedeño ya veía claramente cuál era el destino de esta parte olvidada del Perú.
Ese mismo año alzó su voz repartiendo un mensaje con el título “Por el Progreso de la Amazonía”, en el que dijo lo siguiente:
“Yo soy una célula que llama, cual trompeta de la resurrección, a sus demás compañeras, para laborar unidas, sin politiquerías partidistas, sin egoísmos ni caudillismos, para CREAR EL CORAZON ORGÁNICO, MÍSTICO Y MORAL DE NUESTRO COLOSO AMAZÓNICO.”
[…] No olvidéis que el Amazonas no sería poderoso sin la unión bondadosa y armoniosa de los ríos y quebradas, que, dadivosas en pro de la madre acuosa, le brindan su caudal para su grandeza. Así, amazónicos, uníos, CONVIRTÁMONOS para hacernos grandes, fuertes y poderosos.
AMAZÓNICOS: UNÁMONOS COMO UN SÓLO HOMBRE, COMO UN SÓLO PENSAMIENTO Y UN SÓLO SENTIMIENTO, HASTA CONVERTIRNOS EN ESE COLOSO. YA NO EL COLOSO QUE DUERME SU SUEÑO CATALÉPTICO ¡¡¡NO!!! CONVIRTÁMONOS EN EL COLOSO QUE HACE DE SU MANTO VERDE UNA VELA CUAL SI FUERA UNA NAVE A TODO VIENTO QUE SURCA LAS FRONTERAS DE LA TIERRA.”
Uno de los objetivos era lograr que pobres y ricos se unan y apoyen para evolucionar social, económica y espiritualmente. Propuso infinidad de proyectos para preparar a los pueblos Amazónicos para lo que él llamaba el “renacimiento del hombre Amazónico”.***(inauguración del Centro Cultural en Pucallpa, 1971) Con esto y las enseñanzas morales y éticas del Septrionismo y el fomento cultural que hacía a través de los centros culturales septriónicos quiso contribuir en darle al pueblo una mística que según sus palabras “nos fortifique ante la adversidad y ante la indiferencia del resto del país, para, unidos como un sólo hombre, como un sólo amazónico, luchar por nuestro progreso, por nuestra superación, en aras que la Amazonía dejara de ser la “despensa del futuro” para promover el deseo de ser la “Producción del presente”. Nos advertía que todo esto era necesario para afrontar el futuro en “que el mundo está llamado a venir a habitar la zona amazónica de América”.
Sus propuestas agitaron la consciencia de los Amazónicos. Los políticos y dirigentes sociales siempre venían a visitarlo para asesorías en sus campañas para beneficiar a la Amazonía. Asesoraba a la Cámara de Comercio desde la fundación del Septrionismo, tanto de Iquitos como de Pucallpa, representándolas y organizándolos en numerosas ocasiones en la FEDECAM, dando las ideas y entregando ponencias en diferentes Foros para la dación de leyes, como la Ley del Canon Regional, La Ley Forestal, entre otras. Promovió el primer encuentro nacional de empresas; dio las ideas para el tratado comercial con Brasil, para la colonización de la Amazonía. Propuso obras públicas, energía eléctrica y agua potable para todos los pueblos del Perú, Obras Portuarias para Iquitos y Pucallpa, Plan urbanístico con su respectiva plaza de Armas para Pucallpa; Red de comunicaciones terrestres, y especialmente la vía férrea; Programas socio educativos como la Creación de la Facultad de Petroquímica para la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana; la creación y organización de las Colonias Agropecuarias, y otros programas educativos que mejoraran la calidad educativa del Perú. (S.G., desde 1968 hacia delante)
Podemos afirmar que las propuestas que Claudio Cedeño hizo a través de los tiempos originaron muchos cambios que influencian hasta en la actualidad la política. Nunca fue reconocida su autoría, y tampoco hizo esfuerzo alguno para que se le reconociera, pero sí podemos encontrar en los documentos que tenemos de qué manera participó él, los cuales ponemos a disposición del Centro Federado para su estudio.
Agradecemos de manera especial esta participación e imploramos que la Luz del Padre los ilumine.