Hace un tiempo, vino una persona acongojada a contarme que, sin ningún aviso, en cualquier lugar, le viene a la memoria su padre fallecido y eso le provocaba mucho malestar. Sucede que su padre abandonó el hogar cuando ella era muy joven, tenía malos hábitos y además tenía preferencias con su hermana. Solo le compraba cosas a su hermana mayor, y ella tenía que heredar lo que ya no le quedaba a su hermana. Cada vez que su hermana quería visitar a su padre al cementerio, ella iba a regañadientes porque, al pararse delante de la tumba, afloraban en ella todo tipo de sentimientos y resentimientos.
Al conversar, hablamos sobre las enseñanzas de Shikry Gama. Muchas veces tenemos la idea de que los padres deben ser perfectos y los juzgamos bajo ese ideal de perfección que tenemos, pero debemos aprender a aceptarlos tal y como son, aun cuando puedan haber sido “malos”. Debemos tomar conciencia de que ellos tampoco recibieron educación de sus propios padres y por ello no pudieron dar más de lo que eran y habían aprehendido, pero eso no quiere decir que no amaran a sus hijos. Aun los padres que no lo demuestran como los hijos quisieran, aman a sus hijos. Cuántas veces en consulta, cuando venían a quejarse de sus padres por cómo habían sido y lo que habían hecho, Shikry Gama les respondía: “Es tu padre, él te ama”, haciéndonos tomar conciencia de esta realidad innegable del amor paternal.
Las enseñanzas de Shikry Gama nos hacen reflexionar sobre la gratitud que debemos aprender a tener por todo lo que experimentamos, lo bueno y lo malo.
“Hay seres que no conocen la gratitud y por eso nada cuanto la vida ofrece puede saciar sus inquietudes y sus inconformidades. Y es que nuestros corazones, que muchas veces no saben ni qué quieren, ni qué reciben de la vida, experimentan confusiones, inconformidades, insatisfacciones, a pesar de que puedan estar gozando de circunstancias muy benéficas, comparadas a otros que carecen de tantas cosas.
La vida misma es de por sí un don que tenemos que agradecer. Cada día de vida que se nos concede es ya por sí mismo un premio, una experiencia de realizaciones, y en el corazón de todo ser humano debería brotar la gratitud por tener esta posibilidad; más si tenemos en cuenta que día tras días seres conocidos y desconocidos pierden la vida en circunstancias tan inesperadas y tan incomprensibles. Por eso es necesario que aprendamos a tener gratitud de todo cuanto Dios nos concede.”
En esta compleja relación con nuestros padres olvidamos el rol que todo hijo cumple en la relación con sus padres. No todos los niños saben ser igualmente agradables con ellos o lo son a su manera. No debemos ignorar que algunos hijos logran seducir más la buena voluntad de sus padres debido a sus actitudes agradables, en comparación con otros. Asimismo, es importante reconocer que muchas veces hay más simpatía hacia uno que hacia el otro; o que, si existe un conflicto entre los padres, los hijos pueden inclinarse a favor del padre o de la madre, ganándose la preferencia de uno o de otro. Esto nos ayuda a entender por qué ocurren estas situaciones y por qué los padres pueden cometer el error de tratar a sus hijos de manera desigual o diferente. Sin embargo, esto no resta importancia a la enseñanza que debemos proporcionar a los hijos para que aprendan a ser más agradables con sus padres.
La persona que vino en consulta, era víctima de un bloqueo de su voluntad que no le permitía sentirse bien en su relación de padre e hija. Shikry Gama nos explica que esto es un mecanismo de defensa que aísla nuestra voluntad, porque en realidad ella quería sentirse bien con su padre y no resentida. También nos advierte sobre la importancia de aprender a tomar control de nuestros resentimientos, para sentir, pensar y actuar con moderación, sobriedad y continencia. Sin esta educación de nuestra forma de ser, nuestra voluntad se desborda y permite que seamos gobernados por actitudes y sentimientos que no promueven el orden en las relaciones, la disciplina ni los deberes. Es decir, todos los sentimientos que experimentamos van creciendo y diversificando nuestra conducta. Y pronto, ya no solo nos estarán gobernando los resentimientos hacia nuestros padres, sino que también se reflejarán en nuestras relaciones con los demás.
Necesitamos racionalizar lo que nos ha pasado en nuestra infancia para comprender cómo somos en la realidad. Ella, al saber que el Septrionismo explica que la vida continúa después de la muerte y que el espíritu sigue viviendo la misma situación psicológica, pudo entender que su padre siempre será su padre. Aunque ella tenga resentimientos, él sigue acercándose a ella porque la quiere a su manera.
Cuando le pregunté en qué momento le aparecían estos sentimientos, me dijo que era cada vez que entraba por el camino de árboles hacia la comunidad. En ese momento, se relajaba y observaba lo que proyectaba su mente. Y, aparentemente de la nada, aparecía este malestar. Sabiendo que nuestros seres queridos fallecidos buscan acercarse a nosotros, pensamos que el padre se acercaba porque en ese momento tenía más posibilidades de ser percibido, y por eso ella pensaba que “de improviso” le invadía ese resentimiento. Shikry Gama nos enseña que cuando alguien se nos viene a la mente, el espíritu de esa persona ya se ha desplazado a nuestro lado, tanto de seres vivos encarnados como de seres desencarnados, y esa cercanía le provocaba esos sentimientos.
Le hablamos sobre la posibilidad de conversar con su padre acerca de sus resentimientos, ya que el espíritu de nuestros seres queridos nos escucha cuando les hablamos mentalmente. Debía intentar cambiar esa actitud, entendiendo que su padre sigue siendo un ser con todos sus defectos, con sus sentimientos de padre, incluso con el remordimiento de haber actuado mal, y que para su propia paz es necesario transformar ese resentimiento en gratitud. Después de haber analizado, procesado y extraído las enseñanzas de las experiencias negativas, ya no debería permitir que afloren.
Meditemos sobre esto, porque cuántas veces nos resentimos con nuestros seres queridos. Pidamos ayuda para liberarnos de estos sentimientos negativos que nos hacen daño, tanto a nosotros como a nuestros semejantes. Y tratamos de transformar los resentimientos que tenemos hacia nuestros padres en gratitud y amor.
Comentario por la H:. Nathalie