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¿Existe el racismo institucional?

Com. 157 por Hna. Nathalie

La muerte de Floyd -cuya muerte nunca debió suceder- ha aflorado nuevamente todo tipo de protestas y debates sobre el racismo.

Muchas veces escuchamos decir que el sistema es racista y que existe “racismo institucional” en la policía y otras organizaciones. Y surge la pregunta si existe realmente un racismo institucional o un sistema racista.

Hay personas que afirman que “ya no se quieren callar” y denunciar el racismo. Algunas personas de color en el mundo del fútbol, se han quejado de que se sienten marginados por ser diferentes.

Si nos guiamos por las enseñanzas septriónicas, nos damos cuenta que este problema no es solo un problema de la raza negra, sino que se da en todas las razas. Es algo innato, instintivo en el ser humano independientemente de su color de piel o cultura a la que pertenecen. Venimos al mundo con todos los instintos naturales y cuando no tenemos control sobre ellos actuamos con antipatía ante todo lo que no coincide con nuestras costumbres, gustos, razas y condiciones sociales. Nadie está libre de esto. No es una cuestión de racismo simplemente, porque sucede con todas las personas que tengan alguna diferencia, aún entre la misma raza. ¿Quién puede decir que no es testigo de la marginación de los provincianos en las ciudades del mundo? Es parte del mismo mecanismo instintivo de antipatía a lo diferente. La antipatía entre razas o personas de un origen distinto al nuestro, está dentro de ese grupo de reacciones instintivas. No se puede tildar eso de racismo institucional, ni racismo del sistema o racismo de la sociedad, sea cual sea el término que se quiera usar.

Shikry Gama corrige el uso de este tipo de términos abstractos dejándonos saber que estamos usándolo para dar la culpa a la sociedad y nos dice:

La sociedad sólo existe como resultado de la suma de los humanos y las familias que se agrupan en el marco de un contexto tanto geográfico, político como etno-psicológico. (S.G., Condicionamiento social y responsabilidad)

Lo mismo vale para conceptos como sistema o institución. No puede haber racismo institucional por la misma razón, porque es un concepto que tiende a homogeneizar la diversidad. Shikry Gama pone el dedo en la llaga cuando nos dice que este tipo de expresiones son recursos evasivos de aquellos que pretenden justificar o […] descargar sus propias responsabilidades en algo o en “casi alguien” que purgue las culpas ajenas. Las personas que tienen este objetivo buscarán uno y otro término para poder seguir culpando a los demás sin aportar nada.

La clave para analizar estas denuncias es tomar en cuenta que, en todo problema hay cuando menos dos culpables. Si aplicamos esto a las diferentes circunstancias, tenemos que deducir lo siguiente: en el caso de la muerte de Floyd, el problema es producto de la interacción tanto de Floyd como de la policía. Si Floyd no hubiera actuado en contra de la ley, ni se hubiera negado a entrar al auto policial, nada hubiera sucedido. Con este argumento no estoy intentando justificar la muerte de nadie, ambos son responsables de lo que pasó. Y en el caso del racismo que denuncian, una parte de la culpa la tienen tienen las personas que actúan con racismo y los que se sienten discriminados por raza u otros factores, la otra. El problema surge solamente por este intercambio entre ambos. Por eso debemos tomar como guía la idea que en todo problema hay cuando menos dos culpables. Es decir, hay que buscar en ambos grupos las causas. Pero no se puede culpar solo a una parte sin revisar qué pasa con las otras. Y cuando se trata de la delincuencia, hay que empezar por el problema de la de los individuos que delinquen para sobrevivir, unas veces son de una raza, otras veces de otra.

En este contexto, Shikry Gama, menciona que la idea de “sociedad sólo existe en la teoría de las estadísticas sociológicas”, me sorprende un poco, porque el término racismo institucional parece también provenir de la sociología. Este tipo de estadísticas tienden a homogeneizar lo heterogéneo con el objetivo de llegar a conclusiones generales basadas en aspectos particulares, los cuales pueden ser interpretados según el lente psico-cultural de aquél que elabora la estadística. Cuando en Holanda el presidente decía que no se podía culpar a una institución porque ésta sólo existe por las personas que la conforman, los acusadores usaron como argumento que es un término aceptado por la sociología. Lo cual nos hace caer en una falacia argumentativa que toma como cierto un argumento por el solo hecho de que es aceptado por una entidad superior o porque es aceptado por la mayoría.

Repito la frase completa de Shikry Gama:

No busquemos la complicidad de un ente que sólo existe en la teoría de la estadística sociológica. Busquemos el mal dentro de nosotros mismos. (S.G., Condicionamiento social y responsabilidad)

Esto nos lleva a la siguiente pregunta: “Qué hemos hecho o de qué manera hemos participado para que las cosas sucedan de este modo?”

Aquí está la clave. Shikry Gama con sus reflexiones nos insista siempre a buscar el mal dentro de nosotros mismos, antes de darle la culpa a los demás.

La meditación crucial nos obliga a ver las vigas en nuestros propios ojos antes que en los otros. Aun cuando muchas personas pueden tener un mismo problema, no significa que por eso se ha institucionalizado o que sea un mal de la sociedad. Todos los problemas de la sociedad se resuelven de situación en situación, aprendiendo de ella para mejorar una próxima vez. Pero no se resuelve una situación particular dando la culpa a la masa, ni generalizando. Incluso en los problemas de violencia policial y racismo nos exhorta siempre a buscar el mal en nosotros antes de culpar a los demás.

Por eso nos dice en su explicación sobre la discriminación:

Definitivamente a nadie le agrada ser discriminado, pero es inaceptable que delincuentes de todas las clases sociales, refugiándose en esas históricas injusticias del distorsionado uso de la discriminación política, pretendan justificar o exculparse de sus graves delitos de lesa humanidad. (S.G., Luc 36:7.5)

Parece escrito actualmente, pero no. Esto es algo que siempre ha existido y anuncia que la delincuencia del mundo está aprovechando el sentimiento de culpa que se tiene o incluso creándolo y promoviéndolo, evocando cosas que sucedieron en el pasado para para someter y alcanzar derechos que solo debieron ser conquistados por capacidades personales. Es curioso que en el problema de Floyd se hizo más énfasis en el error cometido por los policías, que fue equivocado por cierto, pero los errores de Floyd mismo quedaron fuera del análisis.

También vemos que los activistas antirracistas se refugian en la historia, tal como lo hacen otros grupos sociales que se sienten marginados, buscando la culpa en el pasado en lugar de cambiar el presente.

El subconsciente del ser humano es hábil para engañarse a sí mismo y por lo tanto, también a los demás. Una de estas astucias es generalizar algo para desviar la atención. Quiero compartir con ustedes lo que dijo Shikry Gama dijo sobre esto.

Normalmente uno cae en la trampa de iniciar sus especulaciones en conceptos generales […] Lo general normalmente no solamente es ambiguo, sino que es contradictorio porque implica precisamente todo lo relativo. Hay que partir por argumentos particulares, por análisis de aspectos particulares, jamás por lo general, lo general son simples estadísticas, nunca conclusiones básicas. (S.G., El alma, Charla)

Solo precisando algo vamos a poder analizar bien lo que pasó, generalizando no vamos a penetrar en nosotros mismos ni en la solución de los problemas. Estos se resuelven de uno en uno. Decir racismo institucional es una generalización que no resuelve nada.

También podemos analizar el tema a través de lo que Shikry Gama dice aquí:

Conscientes de que todo es como en la “rueda de la fortuna”, que está en permanente transformación, los favorecidos por el éxito quieren mantenerse en el estado en que están, ignorando con obstinación que la dinámica de la transformación constante, seguirá impeliendo a todos los  que, detrás de ellos, vienen por lo que  ellos lograron conseguir.

Un insondable sentimiento de animadversión se posesionará de sus almas, y entonces, el temor de perder lo logrado los incitará a conchabarse para conspirar contra aquellos otros, que codician las mismas oportunidades de igualdad que ellos ambicionaban. Tenebrosas contradicciones que la perversidad insufla en el alma de los amantes de la igualdad. (S.G. Luc 57:4.2.1,4.2.2)

Cuando los pueblos están divididos por disensión de sus creencias, sus objetivos buscan el equilibrio social. El equilibrio implica una paradójica y contradictoria lucha por la subsistencia. En la naturaleza todo está en equilibrio, pero equilibrio no es igualdad. Equilibrio es la armonía entre los opuestos que se compensan y neutralizan. Las leyes universales preestablecen la diversidad de las formas bajo el imperio de la dualidad y de la desigualdad existencial, pero la ofuscación intelectual no admitirá ni percibirá la desigualdad que la diversidad preestablece. (S.G. Luc 57)

Nadie puede negar que existe esta lucha por el predominio. Los grupos que se han sentido perjudicado en lugar de apelar sólo a las injusticias, o al pasado histórico, deberían dedicarse a seguir trabajando para adquirir las cualidades que necesitan para la superación personal. Solo el esfuerzo personal va mejorar la posición social poco a poco.

Esto me hace recordar la visita de un representante indígena de norteamérica que estaba ayudando a los indígenas del Perú, pero transmitiendo el odio a los blancos. Shikry Gama le hizo entender que estaba en el camino equivocado. Si querían tener más presencia deberían promover su cultura en lugar de combatir y odiar al blanco. Esto es parte de la diversidad que debe promoverse y que permite hacerse admirar por todos. Esta fue la lección que recibió y finalizando la conversación apareció una palomita. El hombre se sorprendió y se emocionó diciendo que sus guías estaban corroborando el consejo de Shikry Gama porque en su pueblo este pájaro era el mensajero de la paz.

El mismo mensaje vale para todos los que están en esta situación. Tumbar estatuas históricas, vandalizar, es luchar en contra del blanco, es seguir promoviendo el odio y el resentimiento. En lugar de eso, deberían buscar metas de desarrollo de su propia cultura para ganar el respeto y la admiración de los demás.

Nos diferenciamos unos de otros, precisamente, por nuestras capacidades, virtudes y talentos. No somos iguales. Nunca fueron ni nunca serán iguales nuestros derechos. Por eso, nunca tendremos igualdad de derechos. Esto no supone ni niega el inalienable derecho a la igualdad, ante la ley, ante el Estado y los poderes públicos. Las posibilidades de trabajo, de evolución socio-económica y de nuestras aspiraciones espirituales se establecerán en concordancia con nuestras virtudes, talentos y méritos personales. (S.G. Luc 57)

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