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El espejo de nuestro subconsciente

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Nathalie Cedeño
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6.1.- Todo ser humano siente amistad por aquellos seres que experimentan gustos, ideales y costumbres de vida semejantes, y es lógico que de haber una circunstancia propicia, brotará entre ellos una mutua simpatía que despertará toda clase de expresiones afectivas, pero subrepticiamente y simultáneamente, por la dualidad de los sentimientos, se preestablecerá una sensación paralela de aversión o antipatía por todo aquello que no concuerde con los sentimientos afectivos.
66/6 Todo lo que vivimos son el reflejo de lo que somos y hacemos. Las vivencias sociales con otras personas nos hacen reaccionar a los demás primero como consecuencia de esa simpatía o antipatía instintiva. Pero luego si realmente queremos resolver los problemas de relaciones humanas, nos vemos obligado a penetrar en nosotros mismos y buscar las causas dentro de nosotros antes que en los demás. Muchas veces se dice que cuando nos irrita algo de los demás es porque es un espejo de lo que somos, y que por lo tanto tenemos la misma actitud. Pero no es tan simple. Shikry Gama nos señala que no siempre sabemos usar correctamente este espejo, lo cual nos conduce a una conclusión incorrecta.
6.- […]El espejo es un instrumento que dota al humano la habilidad de observar, descubrir, conocer y reconocer las cosas que están más allá del ángulo focal de su visión. Y a través de la reflexión de la luz, el espejo ilumina lo oculto y refleja la imagen y la representación de todo lo que contiene aquello que se observa.
Asímismo, nos dice SG, que las palabra e ideas también funcionan como espejo, porque reflejan imágenes que nos «permiten comprender el significado de las cosas que contemplamos». Cuando tratamos de conocer nuestros deseos, emociones y sentimientos, con el objetivo de descubrir nuestros yoes, también debemos analizar qué reflejan nuestras expresiones y actitudes de nuestro ser. Por eso debemos hacer disquisiones, preguntas criticas, con el objetivo de entender nuestro comportamiento. Y nos advierte que podemos caer en contradicciones por las reacciones emocionales que tenemos, que, en vez de aclarar las cosas, nos confunden más, haciéndonos actuar equivocadamente. Cuando tratamos de liberarnos de las tensiones causados por la relación con los demás lo primero que hacemos es buscar en qué fallaron o cómo poder evitar el contacto, pero esto no nos va a resolver el problema ni nos permite conocernos mejor. Shikry Gama nos indica que «tenemos que prepararnos para hacer buen uso de los espejos del alma». «Para eso es necesario que nos preparemos y que entendamos realmente que no somos nuestro cuerpo, tan sólo somos simples usuarios del cuerpo que nos ha sido concedido para vivir, experimentar y conocer el mundo que nos rodea.» Y que estamos sometidos a una personalidad que tenemos que descubrir, ya que está dinamizando nuestro actuar desde nuestro subconsiente. Debemos recordar que «Sólo las virtudes y cualidades del alma pueden darle belleza a la madurez y a la vejez” y que “En todo adulto convive el niño(a) de siempre.» «El disquisidor espiritual debe aprender a ver las vigas en sus propios ojos, antes que criticar la pajilla en los ojos ajenos.»
8.1.- Para analizar nuestro comportamiento hay que mirar dentro de nosotros para observar los móviles, motivos y motivaciones que impelieron nuestro comportamiento pasado. Esta acción es semejante al acto de recurrir a un espejo que nos permita ver lo que hay detrás nuestro. Si realmente queremos observarnos a nosotros mismos, basta que tomemos la decisión de auscultar en nuestras conciencias qué actitud queremos ver, para que ésta inmediatamente actúe como un espejo que nos mostrará los repliegues de nuestra conciencia, incluso, nos puede revelar los estados anímicos del subconsciente y del inconsciente, y hasta cómo fuimos desde que nacimos y cómo nos comportaremos en el presente y en el mañana. Y si aprendemos de nuestros errores podremos elegir las decisiones que sean necesarias para ser diferentes en el futuro. 8.2.- Sólo si somos capaces de asumir actitudes autocríticas podremos revalorar nuestras conductas -con discernimiento- calificando, clasificando y diferenciando la positividad de la negatividad de los actos correctos o incorrectos; el amor del odio y la envidia a nuestros semejantes; lo constructivo de lo destructivo; Si somos amistosos o querellantes. Y si somos capaces de reconocernos tal como realmente somos, entonces haremos uso inteligente de los espejos del alma.
Y si nuestro deseo es llegar a ser un buen servidor, debemos aprender a trascender de nuestras preocupaciones, olvidarnos de nosotros mismos y entregarnos a servir dando lo mejor que tenemos para servir a nuestro Dios a través de nuestros semejantes. La enseñanza que nos ha dado sobre el buen aprendiz trata de la habilidad de percibir estos espejos correctamente. Por eso nos dice que «El buen aprendiz es aquel que, siendo hábil en el escuchar y el ver el mundo externo, lo es aún mucho más contemplando su universo interior para percibir todos los procesos mentales, psicológicos y espirituales que conviven con él en todo instante de su existencia.» Meditemos hermanos, para descubrir todo aquello que manipula nuestra consciencia y que solo podemos entenderlo con la Luz del Padre.

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