Aunando criterios entre la ciencia y la mística
En la búsqueda de las causas primarias, los pensadores han profundizado en el conocimiento del hombre y de la naturaleza, y así fueron estableciendo las diversas ciencias conocidas hoy. De la anatomía se pasó a la química y de ésta a la «metafísica», para indicar que había más allá de la física conocida, un sinnúmero de conocimientos por desentrañar que explicarían el origen de las cosas y la razón de sus manifestaciones.
Como quiera que todo proceso pensante y raciocinante del intelecto, que busca encontrar tal origen, llega a un fin común que es «un algo primario» como principio de lo existente, toda fundamentación metafísica concebida ha relacionado a Lo Dios (Eón) como la causa primaria de todo lo que consideramos ignoto o sobrenatural, de lo que está más allá de nuestra comprensión y conocimiento, de las leyes de la física y de las demás ciencias hoy conocidas.
Las energías electro-magnéticas de la naturaleza fueron conocidas y expresadas en la metafísica por las concepciones mitológicas que en el transcurso de los siglos la filosofía y la ciencia las asumió y desarrolló, produciendo no pocos enfrentamientos con las diferentes creencias religiosas por su discordancia con ese «algo» que dio principio a todo lo existente.
Hoy, en pleno siglo XXI, siglo posterior al de la conquista de la Luna y posiblemente también el del planeta Marte, siglo de fabulosos avances científicos, siglo del desentrañamiento y control de la energía atómica, estamos tan igual -comparativamente- como antes, con respecto al conocimiento del origen de todas las cosas.
Porque si bien es cierto que el átomo ha sido estudiado, conocido, utilizado y hasta fotografiado, sólo hemos llegado a verificar lo que el conocimiento metafísico de la antigüedad sostenía, y es que está conformado por fuerzas electro- magnéticas, por electrones, protones, neutrones, etc., que se atraen y se acoplan hasta formar una «unidad funcional». Es decir, en verdad, que lo único que la ciencia ha logrado demostrar es que efectivamente Zeus, Eros y todo el Olimpo griego (al igual que los dioses de otras mitologías) están contenidos en el átomo. Shikry Gama
Eón de Inteligencia Eterna (Lo Dios,) suele revelar su naturaleza constitutiva y funcional más a través de la mediación de los científicos que de los místicos.
Si las revelaciones místicas son correctamente percibidas, la ciencia logrará verificar estas verdades.